lunes, 5 de diciembre de 2011

FÉLIX LUIS VIERA: (Santa Clara, 1945)

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Poeta, cuentista y novelista. En su país natal recibió diversas distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos , de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. Su más reciente novela, Un ciervo herido -que aborda el tema de las UMAP, eufemísticamente llamadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción y, en realidad, campos de trabajos forzados establecidos en Cuba en la década de 1960-, ha recibido un notable reconocimiento de la crítica y de los lectores y ha circulado en España, Puerto Rico, México y otros países; durante cinco meses estuvo entre los libros más vendidos en Miami y ha sido traducida al italiano por la editorial L´Ancora del Mediterráneo. En Italia ha sido objeto de un notable reconocimiento de la crítica especializada, así como de los lectores. En México ha colaborado en diversos periódicos con artículos de crítica literaria y de contenido cultural en general, ha impartido talleres literarios y conferencias, y asimismo se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones periódicas. Actualmente es ciudadano mexicano.
Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La que se fue (2008, Red de los Poetas salvajes, México); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986. ) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2003) y la novela corta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2002, 2006 y 2008, Edizoni Il Flogio, Italia.) Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico del género en su país. Varias de sus obras han sido traducidas a distintos idiomas y forman parte de diversas antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. Tiene inédita su novela El corazón del rey, que refleja los primeros pasos de la instauración del socialismo en Cuba, en la década de 1960, y actualmente trabaja en el poemario La patria es una naranja, inspirado en la añoranza de su tierra natal y en sus vivencias en México, donde radica desde 1995.Foto: Delio Regueral..LLUVIA DE VERANO
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Mientras afuera llueve sonora y sorpresivamente
desde aquí aseguro el naufragio, en el gris de
costumbre, del arco iris que hace dos minutos
agradecimos sujetos al marco abismal de la
ventana.
.Adivino los botes borrascosos como arrepentidos
mordiendo sus sogas desesperadamente,
el pinar aullando de puro arrepentimiento.
Pero busco tu mano, nombro tu aire
y quiero fatigarme en ti. Como otras veces
dondequiera que me ataca la lluvia,
necesito tus gesto, tus palabras
y esa manera tuya que está muy lejos
siquiera de intuir
precisamente que te necesito,
de intuir este sano, humano, reverendo deseo
de gritarte que está lloviendo,
que la lluvia me golpea los ojos y el
recuerdo,
que si llueve mi corazón se inunda,
se desborda, me hala hacia ti
con la fuerza de mil bueyes románticos.
.Este deseo de decirte, de aseverarte
ese cuadro de de pinos, botes y arco iris
y alcantarillas asfixiadas
que estoy observando a través de la pared.
.Pero como siempre que llueve y estoy contigo
sólo voy a pedirte que bajes el telón
para entrar hacia ti como una flecha
para que me arrulles este corazón y tragues
esta sed
para que llueva
………………………torrencialmente en mi tu alma.
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MARIANELA
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Te esperaba como a la mieldeabeja
porque al principio me bañabas
con una dulzura caliente.
Me derrites. Me haces un animal
perfecto
por obra y gracia de tu estilo
cuando te desnudas y avanzas;
pero más por tu espalda
que al comienzo concibo espiritual
y que se aleja, ardiendo en ascenso,
ante mis ojos
y es al instante una manzana de fuego,
un bosque para pacer como un
búfalo herido.
.Por eso temblaba como con un frío
caliente
cuando te esperaba, consumiendo
cigarros, salivas y paciencia
como un condenado a no morirse.
Por eso cuando llegabas era igual
que si se abrieran
las puertas de todas las iluminaciones y
victorias
y constataba que era un zar terrible
un aguacero de ladrillos
una espada autómata en busca de tu
sangre.
.
Pero siempre al final, cuando huían
los dos círculos del trópico,
se metía la calma, la soledad recíproca
(la real verdad como una bofetada de agua
fría).
………………………Y después
te observaba disminuir a través de la
ventana
y verifico que de pies a cabeza todo
se moría
para renacer en el próximo encuentro.
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CLARA
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Clara siempre tuvo deseos de morir de amor,
probablemente desde que era simple semen.
Fue –¿es todavía?– un híbrido de
Lope de Vega, bufo y circo.
Pero sus mejores actuaciones eran sin duda
las de despedida y las de los toques
de rebato: cuanto entraba
como una fiera poseída jurándole por las
estrellas, el eslabón perdido y los
tibores mágicos
que lo amaba más que Dios a sus Séptimo Día.
Eso decididamente lo defraudaba, lo
deprimía como una flor de papel
y le bajaba la mirada y continuaba como un
sordo
bajando el ron con agua mineral
que por entonces era su gran descubrimiento.
Pero al fin él se dijo ésta es la última vez:
y la miró fijo a su mirada negra,
le dio tres segundos para que se hiciera humo,
para que se hiciera nada en el recuerdo.
.
Después, solitario con su botella, pensó
que había sido un espectador indolente,
un cooperario de ese reguero mental,
un casi traidor por no haberle gritado eso
mismito
mucho pero mucho tiempo antes.
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POEMA A LA DESPEDIDA
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Beatriz, ya junto al estribo
y contradiciendo increíblemente sus
anteriores
palabras, vacilante
me besó la mejilla,
subió al ómnibus rojo
y empañó el cristal de extremo a extremo
al restregarme una mirada de ternura.
.Luego, otra vez resuelta como dice que
estaba
giró al frente su soberano rostro
y no volvió a mirar.
.Y yo como al desgaire
aferrado a que éste era uno más de sus
teatros.
.De eso hace poco más de cien años.
¿Cuántos hijos tendrá? ¿Dónde goza?
¿Dónde se pudre?
.
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ESTA MUJER
.Parece haber decidido no ser una mujer gafas
último grito
(pero la siento clásicamente sencilla como el
agua)
parece no entender los más novedosos afeites:
sombra en sus ojos, color en sus mejillas
(pero la siento incalculable y bella como la
luz)
parece decidida a no ceñirse telas estelares,
sedas, pañuelos, trapos a colores que ubiquen
la atención.
……………………………….Les hablo de esta
mujer que se me incrusta en el costado
con palpitaciones de labriega, de fábrica
perfumada,
que me bifurca el aliento con una palabra
más grande que yo mismo,
que se escurre entre mis tenazas
y parece volar a motor apagado cuando anda.
Les hablo de esta mujer que tiene algo de poema
social,
de poema tinto en sangre.
………………………………………De esta mujer,
……………………………..esta muchacha,
…………...esta dama,
esta compañera,
que llevo siempre prendida en mis costillas,
aprehendiéndome el corazón, palpitando
en la memoria,
en dondequiera que me encuentre.
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DAMA DE LA NOCHE
.Habita afuera la dama de la noche,
lleva cortinas portátiles prontas
a incendiarse
Tiene rajaduras de estrellas,
va con andar de danzarina, miel
en cada poro,
violines y guitarras en su voz.
Habita afuera la dama de la noche.
Hay que buscarla.
No hay viento ni paredes ni árbol ni adoquines
que no perfume con su aire.
.
Para los que ahora, piensan en ella,
solos y cerrados en la noche,
aviso que está ahí
que habita afuera la dama de la noche,
todos pueden verla fácilmente
pero no vayan a tocarla
porque entonces se rompe
y hay que empezar de nuevo.
.
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DE NOCHE A PUNTO DE LLOVER
.Esta vez dijo que No y dijo para siempre.
.Sin embargo, mirándola bien, estaba
y parecía no estar.
.
…………………………
Para más suerte
la noche traía el viento a golpes húmedos:
iba a llover y su pelo olía a las primeras gotas.
.
………………………………….
Ahí tienen
que el aguacero se cerraba sobre nuestras cabezas
y yo ansioso de devorarla entre todas las lluvias.
.
Volvió a decir que No y a decir para siempre.
.Sin embargo, mirándola bien, tenía
cierto sabor a fresa en la mirada,
se le presentía agazapado algo así
como un brinco perfecto.
.
Pero otra vez dijo que No y dijo para siempre
.
…………………………………………………
Y al fin
como para poner los documentos en regla
lloró a todo fragor como un verso romántico
.La lluvia inició su percusión en los tejados.
.Se fue y parecía un poema diluyéndose en la noche.
.
.
CASA
.Esta es la casa donde no habitamos
Esta es la casa con su jardín elemental,
aquí el librero, la lámpara
a la medida de inmensas jornadas de lectura,
aquí los muebles; en el centro –o ya
no sé si en una esquina, no recuerdo–
un haz de flores (naturales, claro)
Esta es la casa donde no habitamos,
discreta y honda hacia la sangre como un verso,
la casa
donde dos –o tres, ya no recuerdo– niños
ensayan sus colores
Esta es la casa donde no hay un gesto
que no haya partido del amor
Aquí su dormitorio, sus sábanas azules –o
blancas, no recuerdo–
donde no nos acostamos
Esta es la casa que dibujamos de memoria,
la que hoy apenas podríamos (tú o yo) describir,
la que ha quedado
como una semilla rota al borde del camino.
.Suerte
que la vida
se hace también de las cosas que no fueron.
.
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ROMÁNTICO NÚMERO 9.Muchacha,
la llave
de los sueños,
los ríos,
los vientos,
las aguas a colores,
la custodia tu primera palabra
.Muchacha
sencilla,
terneza del rocío,
brújula
de agua,
humedecido
pasto
donde abreva la mirada
.Muchacha
que
indetenible
rompes tu última presencia
.
muchacha tan sencilla como una peluquería
medieval
la fantasía te viene desde el primer parto con
mis ojos
Muchacha
te amo
por la aproximación de un decreto histórico y
……fantástico
por eso
nadie
podrá quebrar nuestros sueños ni nuestros
vestidos
ni habrá bomba capaz de detener nuestros
relojes
al menos hasta que hayamos escanciado todas las
vasijas
.Muchacha
...…………………ven
.
……………………………
salta
dentro de mí
antes de que la brisa doble tus tallos más sensibles
y ponme
los ojos por primera vez
y ponte tus ojos y tu carne por primea vez
y pon tus ojos y tu carne por primera vez
donde por primera vez llevo los ojos
.
.
DESCUBRIMIENTO
.Y harto y extenuado y empolvado por tan extenso
recorrido
buscando la tierra indescubierta
o quién sabe si la ruta más cercana
entre las manos y al exactitud del sueño
he aquí que de pronto alguien desde mi propio
palo mayor
grita “tierra” y sucede que enquillo
–cuando ya no quedaba ni siquiera hambre en
las bodegas–
violenta, inesperada, sorpresivamente en tus
arenas
y véote y créote efectivamente como la tierra que
buscaba
y dígome es ella al fin después de tanta ruta
y te desembarco y jamás ojos humanos
tocaron tanto trino
ni jamás antes que yo, el descubridor,
mirada humana sintió tanto recorrido
de flauta en su mirada
ni vio nunca tanto pájaro suelto cantador
dulcemente enfurecidos de colores
y toqué tu tierra, tus minerales,
y las ramificaciones inalcanzables de tus árboles
y había y vi que los nidos y las colmenas
se multiplicaban a cada toque del sol en tus laderas
y fue así cuando ya cansado de la boga
más bien esperaba el arrullo mortal de la
última tormenta
alguien desde mi propio palo mayor dijo
“tierra”
y sobrevolé tus nidos y bebí de tus colmenas
y a días de andar alelado
como descubridor y descubierto
comprobé que tu cielo si acaso tronaba
era con amorosos relámpagos
y fue así que decidí e hice zozobrar mi
embarcación y clavé mi tronco
eternamente en tu subsuelo
y para que no ocurriese como en otras ocasiones
no dije a Reyes ni Reinas ni cortesanos el hallazgo
no hice poner en latitudes exactas tu presencia
sino que enterré mi tronco eternamente en tu
subsuelo
y ellos que me den por náufrago totalmente
digerido,
yo mejor cierro bien los bloques del secreto
y así ningún libro te dará por existente,
ningún mapa dibujará tus formas, tus puntos
interiores y exteriores
y así ningún sediento excepto yo, el descubridor,
podrá beber en tu tierra la vida hasta la muerte.
.
.
NUNCA AL FIN
.
Afirmo que hay una casa pequeña en un
claro de bosque,
flores alrededor, tomeguines
que cantan desde el ramaje todo el día.
Va hacia la casa un camino que se abre
entre el follaje.
La luz trasciende los verdores, toca tierra
y es como si floreciera la luz desde la
propia luz.
La pequeña casa dentro del pequeño pai-
saje es azul pálido, blancas
sus puertas y ventanas.
Y en la puerta una mujer se asoma
al final de la tarde
esperando
al hombre que a esa hora regresa
diariamente.
.
Afirmo que es mentira.
No hay casa ni flores ni tomeguín ni
bosque
ni camino.
Ni luz ni ventanas blancas.
Afirmo que es mentira,
nunca al fin hubo nada de esto
ni lo habrá.
Afirmo que es mentira,
yo nunca regresaré al atardecer
y tú nunca me esperarás en puerta alguna.
.
.

COMO SI VOLVIERA DESPUÉS DE TANTO TIEMPO Y NOS ENCONTRARA LLORANDO
.
……………………………..
A Rafael Altuna
.

La “colegiala” viene nuevamente
con sus ojos redondos y castaños,
pregunta por mi nombre, comprueba
el santo y seña,
y al sentarse abanica con su informe –azul y blanco–
el espacio a mi lado, en esta banca.
.Yo la recibo llorando, claro; han pasado
tantas lloviznas y gorriones sobre este parque,
banca.
.Pero ella, hoy por la tarde, ha decidido llegar otra vez
y me enseña, como ayer, hace mil años, sus cuadernos,
su letra casi vertical, casi sonora
y otra vez huele a madera perfumada su pañuelo
y otra vez le miro el rostro como una cúpula de
llamas
sobre la blusa blanca
y deposita en su regazo –¿cómo flores– las libretas
y me mira, como ayer, hace mil años, me mira
como quien mira al fondo de un pozo iluminado
y otra vez siento que perezco dulcemente dentro de ella
cual un animalito de cristal y vuelan
los gorriones asustados de tanto amor bajo sus alas
y otra vez dedo con dedo nuestras manos
como si cantaran una canción febril, indetenible, a toda
sangre (o sea, esa canción que nos arde en todo el
cuerpo) y otra vez
huelen su senos a cierta humedad tierna, distante;
y ya, de pronto, como ayer, hace mil años,
es el momento de irse bajo las luces que se abren,
de irse bajo la sombra de mis ojos que la siguen
como si fuera un viento bicolor, como si fuera
el único viento que conozco.
.Es la “colegiala”, amigo mío, que hoy por la
tarde
ha llegado nuevamente –con sus cuadernos, sus libretas,
su uniforme y
sobre todo (no olvidar) con sus ojos redondos y castaños–
y se encuentra aquí, en esta misma banca
de ayer, hace mil años,
con un hombre solo llorando cuerpo, río,
mar adentro.
.
.
CUENTO PARA NIÑOS
.
……………………………..
para Luis y Trilce
.
Mamá parecía entonces un tibio venado
entre las ramas.
Parecía un brinco de luz en el recodo más
oscuro del río.
No recuerdo cuántas tardes la vi, pero sí
les aseguro
que mamá erala tarde, era ella misma
tarde,
indiscutiblemente.
Entonces, le veía rayos de sangre debajo
de los ojos, del cabello, y
los labios, decía yo, eran frutas imprevis-
tas, indescubiertas
por marinos, botánicos, científicos.
Mamá era entonces un insoportable sobre-
salto cada vez
que la pensaba, y desde la noche antes
de verla
mañana por l anoche,
un grito corría por mis dedos.
Es que entonces
mamá era el amor, furioso como una bes-
tia herida,
tierno como una nubecilla húmeda posán-
dose en los ojos.
Es que era, les repito,
el amor.
……………………………...Ustedes dos:
no lo olviden:
el amor.
.
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DESNUDA
.Desnuda sugieres enrome bocanadas,
torreones humeantes, impactos
de mayúsculos ejércitos.
.Gracias que existen el mundo y las
paredes;
gracias que existes tú dentro del
mundo y las paredes;
gracias que existen las puertas, las
llaves, la penumbra;
gracias que existes tú después de las
puertas, las llaves;
gracias que existes tú dentro de la
penumbra
desnuda
como el grito de una flor que se deslíe,
como un balazo personal bajo la carne.
.
Desnuda sugieres la guerra inacabable,
el mar de octubre, los cohetes
estrellados, los caballos
reventados en las largas marchas de la
Historia.
.Gracias que existe el mundo y tú
dentro del mundo,
desnuda como el agua.
.Y gracias, sobre todo,
que aún mi corazón procesa con eficacia
sus latidos,
que aún mis brazos y mis piernas
se mueven a velocidades aceptables, que
aún
no se me fuga todo el aire, que aún
jadeo normalmente.
..
LEYENDA
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……………………………..
para A.M.
.
Cierta vez, hace milenios según los historiadores (o
los rapsodas o los acuñadores de mitos) salieron
todos los hombres de la Tierra
–casi toda vegetación, bestias y pájaros entonces–
a buscar la ternura que, según ellos, no había sido incluida
en la receta por quien los inventara.
Naturalmente, como eran hombres sin ternura, eran
todos bárbaros, tercos, sólo colmillos y diatribas, garrotes,
eructos y palabras obscenas (que ya
en aquel tiempo se decían).
Salieron estos hombres en busca de la ternura, porque
aun sin haberla sentido nunca la sabían ausente, según
comprobaban cuando al mirar las pestañas de un niño nada
comprendían, cuando
miraban, insensibles, los pétales que corren
por las mejillas de una mujer enamorada.
Es decir, que estos hombres bárbaro así, piedras
andantes así como eran, no obstante
intuyeron que les faltaba un ingrediente, pues
además,
convenían,
no era normal que ante ellos
se abriera un lirio y no pasara nada, si
acaso
deseos de morderlo, machacarlo, hacerlo
jugo.
Y así estos hombres que parecían anatemas
–pero, aun sin ternura, indiscutiblemente nobles si
atendemos a la sublime divisa que los guía– partieron
hace milenios en su busca
sin saber adónde estaba y mucho menos cómo era,
pero firmemente esperanzados.
Y así continuaron según los historiadores
(o los rapsodas o
nosotros los fabricantes de mitos)
varios milenios más en pos de la ternura,
de manera
que quienes, al fin, la encontraron, eran
remotos descendientes
de aquellos los primeros que fueron a buscarla.
De eso del hallazgo también hace milenios, pero
menos, claro.
Y estos los halladores les contaron a los de más acá
(a los rapsodas, los historiadores, los poetas, los
locos de más acá)
que la ternura estaba sentada, hacía milenios, en una
piedra alta, visible
desde todas las esquinas de la Tierra. O
sea, que tú,
estabas sentada sobre esa piedra,
hacía milenios.
.
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CLARO QUE NECESITO ALGO.
En mi misma mesa de un pequeño restaurante de Erfurt
ella sonríe
mientras él le narra algo que naturalmente no
comprendo.
Él pide una cerveza y ella le dice
–pasándole la mano por el pelo, el
aliento por la cara–
que no, que no debe mezclar –creo entender–
el coñac con la cerveza;
pero él se ríe y ya la copa está servida.
Ella tiene pecas –simétricas, clarísimas–
alrededor de la nariz
y sus ojos son también clarísimos, simétricos
y miran constantemente al mundo, es decir, a él.
.Si corro un poquito la cortina
puedo ver afuera la calle, tan estrecha,
que algunos –muy pocos– transeúntes
recorren, despacio. Hay viento.
Hay gris. Hay frío. Hacia la ventana
veo venir una muchacha gruesamente vestida de
azul
que se detiene junto a mí, a un paso de mí
pero tras el cristal; un muchacho
vestido de negro
la recoge y parten en la moto fieramente
acelerada, aunque, claro,
no escucho el ruido.
Suelto la cortina. Él sigue
alternando el coñac con la cerveza, ella
bebe un vino casi transparente y cada vez
se dejan caer más uno contra el otro. En eso
se acerca al camarera
y me pregunta, nada menos, que
si necesito algo.
.
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DEJADLA ASÍ.
Dejadla así, allá, en el tiempo,
como una copa
que a medida que resplandece va
ascendiendo.
No la llamen
siquiera
con el pensamiento, con
un verso,
con la brisa más leve.
Allá, en el tiempo, dejadla
para siempre
como una copa
mínima y brillante
hacia el cielo de todas las tardes.
Dejadla así, hermanos,
para siempre,
allá,
en el tiempo.
.
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DESPEDIDA
.
Nada
barco que se hunde con el puerto a la vista
peldaños que caen por cuenta propia
casa vacía telarañas que desmotan el piso
calles que de pronto son callejones sin salida
noche
noche
noche concreta como un abismo bajo la
……techumbre
Nada
Estrictamente nada
un hombre solo orinándose en la oscuridad de un
……vacío
una vía donde de pronto se desploman los
……semáforos donde
un animal casi humano con su dolor se arrastra
……solitario
donde los carros y la gente de pronto se diluyen
por la vía……las calles……la noche……la tierra
……de nadie
Nada
Estrictamente nada
un techo
un piso
que se aflojan y se buscan
un aire que se pierde en el aire
un corazón que grita en busca de su cuerpo
un ala que se parte entre dos vientos
Nada
nada
nada
.
.
DISTANCIA
.
Esta mujer que no sabe nada de Poesía,
que tomaría símil por un nombre clínico,
que daría serventesio por una anguila prehistórica.
Esta mujer que duerme mientras yo me fumo
el último cigarro
convencido de que no he encontrado la palabra
virgen,
mientras yo me pierdo en connotaciones, en
matices,
en la telilla de sangre que cubre cada una de las
infinitas posibilidades de un vocablo,
mientras yo bebo lentamente un litro de sangre
con azúcar y
sigo desafiando a la madrugada, llenándola
de amenazas, estropeándole el sueño a la
madrugada
con el fuego en mis papeles,
esta mujer que encima de eso no se preocupa
por leer los
poemas de mis amigos, ni los míos, y
y desconoce por tanto la llamada o mal llamada
moribundez endecasílaba, la perruna
vida de perro de un verso libre cojo, la
amenazante casicrisis coloquial; ………pues
no vayan a creer, por eso, que no va con ella
la Poesía, no:
pregúntenle a sus ojos cuando le regalo una
mariposa,
pregúntenle a sus entumecimientos cuando se
asoma un arco iris,
pregúntenle a mi porción de la cama cuando
falto, a sus manos
cuando le envío un papelito desde lejos;
aunque ella piense que eso –eso que siente–
no tiene nada que ver
con un poema, con una imagen que demore tres
años en acostarse con nosotros; más bien
lo que ocurre, amigos, es que así de distante
están a veces el poema y la Poesía.
.
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ÚLTIMA CANCIÓN DEL CAMINANTE.Haría falta llegar hasta ti
y me siguieras.
He visto los pececillos de luz ardiendo en tu
vientre
cuando la noche apenas alcanza para el fragor
de mi mano.
Dulce es tu boca, dulce
como un solo compás que llena por completo
el pentagrama.
En el camino perdí el sombrero,
se me cuarteó la piel, también me creció la
ponzoña y también
la perdí; qué recia brega.
En tus ojos vi que quedaba una curva en el
camino,
haría falta llegar hasta ti
y consumirla.
Alguna vez tuve suerte y se me fue en una
baraja marcada,
me quedé sin suerte y sin metal y con una
pizquita de alma
y una amargura tan parecida al resquemor, que
augura espanto.
Tu cuerpo es hermoso y perfecto porque tiene
el justo alcance de mi lengua,
tu cuerpo es como la bujía solitaria en una
pared solitaria
de cierto pueblito solitario,
tu cuerpo es también solitariamente una bujía
y se parece al gua que corre por las tejas.
Cuando pregunto por mí todo desaparece, no
hay mí
ni nadie que responda,
he perdido la Rosa de los Vientos, el sentido de
quilla,
las aves de la costa.
Haría falta que las aves volaran y piaran
anunciando una costa que es la tuya.
Desde un balcón te miro pasar desnuda en una
carroza de girasoles
en la que vas sola y mis manos son el único
aplauso
y el mundo está solo y sigue solo.
Hay un silencio como de pájaro que está
naciendo
cuando abrevo en tu piel,
cuando en ella me lavo os ojos y las rajaduras
del cansancio
y sé que debajo hay una campana que es mía
y que no es,
que se va y se empequeñece tocando a rebato
en una breve
nube que está naciendo allá en lo alto
y que se va.
El jugo de tu entraña tiene un sabor agridulce,
un sabor
a despedida que llega, a bienvenida que parte.
He de lamerte y te lamo como a un sueño cierto
del que me alejo,
me alejan.
Tus senos son la alcancía donde ya no hay nada
que depositar,
o quizás algo: la moneda que se diluye entre los
dedos,
tus senos son la sincronía que el pincel no puede
componer
y también la dinamita que sólo mi boca rectifica.
El vaivén de tu figura es la hoja que el viento
mueve después
de hacerse humano y sabio y lascivo
y por eso las perforaciones que me quedan
luego del Encuentro.
Cuando te penetro sé que hay un cometa que
se va,
y un cometa que nace y que yo nunca veré.
La levadura que me depositas es de un pan que
se cocerá a destiempo.
Mas ya sin suerte, sin sombrero,
sin metal, sin costa ni quilla ni Rosa de los Vientos
haría falta llegar hasta ti
y me siguieras,
haría falta hacer del ahora todo el tiempo,
el minuto eterno que ni el tiempo podría detener.
.
.

QUIERO QUE SE HAGA LEYENDA
.Era una calle estrecha de adoquines gastados,
casi hundidos,
y tenía la calle a cada lado una hilera de álamos.
De manera que todo estaba dispuesto para la
nostalgia;
más cuando ocurrió en un crepúsculo frío
de noviembre
y eran las nubes oscuras y macizas.
Ella iba sola, prácticamente sola, pues aunque
junto
a mí,
eran mis pasos los pasos del ausente.
Al final de la calle se abría una suerte de plazuela
natural
de yerba y roca, y luego
el mar.
Había una lancha.
Del mar venían voces que parecían una manada
de perros lagrimeando.
.El adiós no se vio, ya estaba completamente
oscuro.
.Ahora, no parece realidad, por eso
quiero que se haga leyenda.
.
.
NO TODO LO QUE BRILLA ES
.Ella te traía flores todas las mañanas,
decía que las robaba de los jardines callejeros
y parecía cierto porque eran rosas múltiples,
margaritas, mariposas, aun
una vez te trajo una vicaria,
aun una vez te trajo una orquídea.
.
Tu mesa de trabajo cada día tenía alguna de
estas flores.
.
Por otra parte, ella se consternaba con tus versos,
decía amarte porque decía que eras un tipo todo espíritu.
Tú estabas seguro de que no era adicta a los asuntos
materiales
o al menos éstos quedaban supeditados a los valores
del alma.
.
Leyendo tus poemas muchas veces lloraba
y te afirmaba que contigo era capaz
de vivir en una nube vacía sobre la punta
de una aguja, pero contigo, sólo
contigo, la vida y el amor.
.Ahhh, entonces,
cómo no vas a asombrarte, hermano,
cuando, de pronto, apareció un príncipe azul
con un auto, un salario paradisiaco, una casa
que merecía una postal
y otras menudencias
y enseguida olvidara
las cuestiones del alma, del espíritu,
olvidara tu poesía, tus poemas, la Poesía.
.Entonces cómo no as a asombrarte, hermano,
y de paso aprender
que no todo lo que brilla es.
.
.
EL TIEMPO, LA VIDA, AH, LA VIDA, EL TIEMPO
.Buscando en una gaveta me di cuenta de que ya no me escribe.
Me olvidó y yo no me acordaba.
Han sido meses y meses de tantos contratiempos y
además
–cada día lo compruebo mejor– mi memoria
mi memoria aumenta su falla de hora en hora.
En realidad lo nuestro era algo sólo
con presente, eso lo sabíamos y a veces
lo conversábamos –sin hablarlo a las claras–
en los hoteles y buhardillas, malecones, parques, bares
que fuimos desangrando en el camino.
En fin, ha hecho bien en olvidarme, o por lo
menos
en expresarme con su silencio epistolar
que está dispuesta a olvidarme.
También hago bien yo en no exigirle
que me escriba, en dejarla que
–aun con cierta amargura– que vuele –o que ya
esté volando o posada en otros ojos, en otro
corazón.
Que busque y halle un hombre
con el que compre una lámpara de noche, un
mantel,
copitas, platos, cubiertos, sofás, etcétera,
y con el que consiga varios hijos
que luego buscarán muy paternal y
maternalmente
al jardín infantil.
.
Repito que sólo teníamos presente y el amor se
hace de futuro.
.Ruego porque mi recuerdo la proteja.
Ruego porque me olvide para siempre.
Ruego porque no tengamos que llorar
cada cual por su parte
en una tarde por venir.
.
.
PARA ELISA
.Cuando mis ojos necesiten cristales de +225 o tal vez más,
tus ojos aún y por mucho tiempo
seguirán perforando a otros con esa luz que yo
vi en ellos la primera vez que te vi.
Cuando mis carnes comiencen a caer
–ineluctablemente hacia abajo– y mis músculos
ya no respondan en uno de esos momentos en que
hace falta un salto ágil para esquivar cualquier
obstáculo,
tus carnes y tus músculos estarán aptos
–flamantemente aptos– para crear esa sensación
de invencibilidad que yo sentí en tus carnes y la
de resorte finísimo en tus músculos la primera
vez que los tuve.
cuando mis huesos comiencen a sonar digamos
herrumbrosamente en una de esas paradas
intempestivas necesarias o en uno de esos
esfuerzo imprescindibles de la vida, tus huesos
todavía tendrán ese viso de elástico dulcemente
azogado que les otorgué la primera vez que
estuvieron bajo de mí.
Cuando mi cabello sea mi cabello sólo en las fotografías
lejanas, tu cabello aún y por mucho tiempo tendrá
esa rispidez hermosa de espiga naciente de maíz
que le metaforicé la primer tarde que lo vi.
Cuando mi espalda por fin termine de encorvarse
y mis piernas –estas piernas de peatón
inclaudicable– comiencen a fallar en las largas
tiradas, tu espalda todavía y por mucho tiempo
será esa especie de relámpago fijo y tus piernas
todavía y por mucho tiempo ese dúo de compases
por el que rige el mundo o al menos por el que
debería regirse.
Cuando estas arrugas que vienen avanzando sobre
sobre todo en la periferia del ojo derecho sean
grietas que no soportarían la foto, la TV, el
espejo en primer plano,
tu cara aún y por mucho tiempo serán esa que
comparé con el agua ardientemente congelada
la primera tarde que te vi.
Cuando mis dientes –estos dientes que he
defendido por más de 30 años salvando el
insalvable miedo a la silla del odontólogo–
comiencen a abandonarme
tus dientes –ah, tus dientes, propios para una
exposición del género– serán aún y por mucho tiempo
los dientes de una dulce tigresa.
.Y así hasta que
cuando quizás mis poemas no me importen,
cuando mis poemas sean por fin anatemizados
mortalmente, cuando ya esté abatido y cansado
y la poesía me interese lo que hoy me importa
un juego de fútbol, tú aún y por mucho tiempo
verás en mis poemas lo que yo ya he dejado
en la distancia,
tú verás en ellos quizás el único valor
de mí, en mí,
el único valor para amar a ese señor que ya se
te hace como una piedra de agua marina, como
un collar de cuatro vueltas, como un sostén, un
brasier imposibles de llevar a esas alturas.
.Y entonces… entonces lo más probable es que…
.
.

IMPOSIBLE, POETA, IMPOSIBLE
.Buscándote escribí cientos de cuartillas,
creyéndote posible le conté a mis amigos
de tus virtudes y defectos, les hablé de tus dones
de tu amor por la poesía y por los niños.
Creyendo que te había encontrado proclamé
tu nombre y te llevé a reuniones y conciertos,
envié cartas donde daba fe del hallazgo.
Pensando que eras Tú me acosté contigo
y sentí que copular era precisamente eso:
la consecución de una verdadera religión para los
hombres.
Como estaba seguro que existías me emborraché
contigo,
bebí contigo en cantinas y bares peseteros,
canté para ti boleros, tangos y baladas, te leí
poemas de Vallejo.
.Decenas de cuartillas escribí afirmando que ahora
sí.
.Hoy mi costado se nubla
me falla el pie izquierdo
se doblan mis espaldas
y el enfisema definitivo avanza hacia la puerta
final.
.Hoy te digo adiós
sé que nunca llegaste
que nunca te tuve
que nunca has estado en ninguna parte.
Hoy sé que era imposible que existieras así como
quería.
.